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Travel & Hospitality Award Winner

El arte define el paisaje

La noche se ilumina al entrar en el hotel Molino Tejada, en el corazón del Valle de Valderredible. Equilibrio entre pasado y presente, entre poesía y paisaje, se hacen realidad en este rincón de Cantabria.

Okuda, el artista más rompedor, menos convencional, más audaz, se involucra con el Molino Tejada. ¿Qué pinta aquí este artista dueño de las calles de medio mundo? Okuda es otra idea genial de Celia Tejada, fascinada por la obra de este cántabro que ha dicho “la creación es mi psicólogo”, y se hizo famoso por haber intervenido la iglesia desacralizada de Santa Bárbara en Llanera, por un mural en el metro de Madrid, sus edificios en Kiev, en la India, o un mural en París a 60 metros de altura, además de sus próximas intervenciones en EE. UU. Okuda se define también por sus palabras, que son reflejo de su alma y de su obra. “Followersy dinero no son lo importante, lo realmente importante es sentirte bien por ser único”. O, como declaró recientemente a El Diario Montañés al inaugurar su creación en el Palacete del Embarcadero, en Santander, “los artistas jóvenes deben escuchar solo a su corazón”. Okuda, embajador artístico del Molino Tejada ha realizado su Headcube, una suite sobre el río Ebro, una habitación que roza lo imposible en sus 35 metros cuadrados dotados de las mayores comodidades y que define, con sus formas y colores, el genio de este artista.

Llegamos atraídos por la noticia de que Okuda San Miguel, el artista cántabro que ha llevado su street art al mundo, acaba de hacer una intervención en el Molino Tejada. Una suite que se añade a las ya emblemáticas Pablo Neruda, Miguel Delibes, Federico García Lorca, José María Pereda, Concha Espina, Gabriela Mistral y Miguel de Cervantes. Los campos que nos circundan son un sueño pastoril que la pasión y la pujanza de Celia Tejada, propietaria y alma del Molino, de la cercana Casa Tejada y del recién inaugurado Molino T2, se han convertido en la nueva punta de lanza del emprendimiento hotelero en Cantabria. Desde su inauguración, hace poco más de un año, el Molino Tejada ha revolucionado el paisaje y ha creado una maravillosa expectativa en una zona que iba perdiendo el pulso del tiempo. Celia nació en este valle y a él vuelve cada verano desde San Francisco, ciudad en la que reside y trabaja como directora creativa de Restoration Hardware, una gran empresa del sector servicios. Su pasión es hacer de Valderredible el punto de encuentro de la región y, más allá, un lugar donde coincida todo el talento del mundo. El Molino Tejada está consiguiendo que el valle reviva, supere su belleza natural y entre en el siglo XXI con algunos valores muy atractivos para el visitante, como son los retiros creativos, las mesas comunitarias con grandes chefs, los paseos para descubrir la flora y la fauna, las instalaciones de arte, las charlas literarias, los conciertos… La historia de Celia da para una novela. La curiosidad y su inclinación al arte la hicieron abandonar muy joven este lugar al sur de Cantabria donde el Ebro corre fuerte, donde aún se crían vacas tudancas, donde hay catedrales rupestres, bosques, caballos en libertad, cascadas indómitas, observatorios astronómicos como el de La Lora, peñas ocultas entre árboles milenarios. Donde pueblos como Ruerrero reciben al visitante con una sonrisa honesta y muros de piedra adornados con flores de todos los colores.

La carrera de arte y diseño la llevó hasta San Francisco, donde es una autoridad reconocida en el mundo creativo, y es una mecenas emocional de gente que ama la cultura y la vida. El tiempo de esta emprendedora podía haber seguido con su estela de éxito y en zona de confort, pero Celia tenía un sueño: recuperar el Valle. Su Valle. Conseguir que se convierta en un corazón creativo y lúdico, en el centro de la buena vida para gente que busca algo más que una habitación de hotel o una parada en el camino. Con la ayuda de sus hermanos —la familia es fundamental en esta historia—, ha recuperado este Molino del siglo XVI y lo ha convertido en un hotel único. Cada habitación tiene elementos decorativos singulares, que Celia ha ido trayendo de sus viajes por el mundo. El máximo confort en el mobiliario hotelero y el buen gusto en los detalles marcan la diferencia. Los jardines son otra obra de gran calado en los que se ha preservado la flora autóctona, añadiendo especies nuevas que se equilibran. Instalaciones de arte de diferentes escultores otorgan luz y color a prados en los que aves y caballos deambulan en libertad. La pasión de Celia y su decisión emprendedora llegan a todos los estadios de la creatividad. Alianzas con personajes de la talla de Nando Agüero, el cantautor santanderino que definió así este paisaje en una canción: “te quiero verde, verde, valle cansado”, y es ahora uno de los embajadores del Molino Tejada. La oferta gastronómica llega a la máxima sofisticación de la mano de diferentes chefs que se alternan para elaborar cartas de cocina con productos locales y toques de vanguardia. El último, ahora también embajador del Molino, es Jesús Sánchez, dos estrellas Michelin. Con él, Celia quiere explicar y recuperar la patata de Valderredible, una joya que —dicen— es la mejor patata de España, heredera directa de aquellas que llegaron en el siglo XVI desde los Andes peruanos. Así, en el Molino Tejada, hemos encontrado el corazón de un Valle y quizás voces ocultas de nuestros propios corazones. Como dijo Pablo Neruda, uno de los poetas que tienen aquí su suite: “Te espero como una casa sola/hasta que volverás a verme y a habitarme/ de otro modo me duelen las ventanas”.

Artículo publicado en la edición de verano de DEAR MAGAZINE
Autora: Sandra del Río
Fotografías: Nathan Dehart, F. Zubizarreta, A.D.M.